5 consejos para relajarse con los niños mientras te afeitas

No siempre es fácil divertirse con los niños sin dejar de vigilarlos cuando se trata de atender tu barba. La solución es incluirlos. Estarán orgullosos y disfrutarán del tiempo juntos. Descubre nuestros consejos e ideas para transformar tu rutina diaria en un momento para compartir con tus hijos.

1. Jugar con la crema de afeitar

No hay nada más juguetón que la textura de la crema de afeitar. Si tienes un gel, explícales a tus hijos que le vas a hacer un truco de magia, mientras masajeas la fórmula contra su piel húmeda y se convierte en espuma. Éxito garantizado.

Al extender la espuma, haz unas cuantas caras con la boca: a la derecha, a la izquierda y, por qué no, a la nariz. Si la espuma de afeitar se te pega a las fosas nasales, lo más probable es que le haga reír y a ti también.

Cuando el producto está bien distribuido en la barba, puedes parecer Papá Noel. Este es exactamente el tipo de comparación que divertirá a tu hijo si lo señalas.

2. Adivinar las partes de la cara

Este momento especial es una oportunidad para repasar la morfología de la cara y ayudar a su hijo a descubrir la anatomía. El niño aprende mirándote. Frente al espejo, pregúntale dónde usas la maquinilla de afeitar: "La uso en...". Estará encantado de responder a las mejillas, por ejemplo.

Aumenta la dificultad según la edad. En el caso de un niño menor de 3 años, hay que conformarse con la nariz, la barbilla y las mejillas. Para un niño mayor, puedes mostrarle zonas más específicas, como las alas de la nariz, las comisuras de la boca, el filtrum, también conocido como arco de cupido (el pliegue que une el labio superior y el tabique nasal) o las mandíbulas.

3. Afeitar a Binky con la maquinilla

Los juegos de imitación son los más populares entre nuestros hijos. "Hacer lo que hace papá es el sueño de todo niño.

Cuando llegue el momento de afeitarse, pídele a tu pequeño que le quite el pelo a un peluche o muñeca como tú. Sólo tiene que coger un pequeño rastrillo y puede hacer los mismos gestos que tú mientras te mira.

Comienza al mismo tiempo sugiriendo: "¡En sus marcas, listos, afeitados! El primero que termine gana. Otra gran ventaja de este juego es que tu pequeño ejercitará su motricidad fina y su agilidad siguiendo los contornos de su peluche con el rastrillo.

4. Enseñarle a lavarse la cara

Es una oportunidad para enseñar a tu hijo buenos hábitos desde el principio y ayudarle en su camino hacia la independencia. Esto es algo bueno. A nuestros pequeños les encanta.

Lleva un pequeño lavado de cara suave y adaptado a su edad, ya que su piel es más sensible y no tiene las mismas necesidades que la tuya. Para mostrarle bien, ponte frente a él/ella. Esta demostración en el espejo será más efectiva para él. Puedes ayudarle si se le acerca el jabón a los ojos.

Enséñale a mojar la cara y luego a extender la fórmula limpiadora evitando las mucosas. El enjuague también es un paso importante para enseñarle a eliminar el producto sin que le entre en los ojos.

5. Masajearse para tener un momento de relajación e hidratación

El masaje es un verdadero placer. Cuando es agradable, desencadena las beta-endorfinas (las moléculas que nos hacen sentir bien), y por eso nos sentimos tan bien. La modelización tiene otros beneficios. Estimula la microcirculación sanguínea y favorece la penetración de los principios activos, que serán más eficaces porque llegarán más lejos en la piel.

Es un placer compartirlo con tu pequeño, ya sea que se lo presentes y lo reproduzca por mímica, o que lo hagas directamente en su cara. Comienza colocando una pequeña cantidad de crema entre las palmas de las manos y frotándolas.

Alisa desde el centro (nariz) hacia afuera.  A continuación, con los dos dedos índices, desliza desde las alas de la nariz hasta la ceja, pasando por el lado exterior y bajando hasta las mandíbulas. Repite la operación tantas veces como quieras y hasta que no haya más crema hidratante que masajear.

Siguiendo estos pequeños consejos, seguramente podrás realizar tu rutina de mantenimiento de la barba con tus hijos presentes. Recuerda que estas experiencias, ellos no las olvidarán jamás.

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